Día 8 del mes de Nath-Horthath, calendario ulthariano

Siguiendo el cauce del río pude ver que desembocaba en una cascada, contenida por una fina baranda de mármol rocoso. En ese preciso instante, podía ver lo que, al menos aparentemente, era una paloma acercándose desde lo alto. Sin embargo, al posarse sobre la baranda, pude notar que era un pájaro deforme y abyecto, que profería alaridos que me desconcertaban. Sentí algo remordimiento, pensé que esa criatura no tenía la culpa. Di media vuelta para volver por donde había venido y pude ver esta vez a otra ave, más grande y con muchas plumas; ni siquiera me percaté de en qué momento llegó ahí. Pronto, comenzaron a llegar todas, como si el alarido de la paloma deforme las hubiera llamado. No sentí miedo, pero comencé a correr en dirección contraria al río, hasta llegar finalmente a un túmulo habitado por una horrible lechuza con cabellos rizados y rostro de mujer. Sin quitarme la vista de encima, profirió perfectamente una oración que no logro comprender del todo y que ahora mismo no recuerdo, pero que sin embargo, puedo sentir… «te vamos matar». Finalmente, abandoné el río. Lo demás me resulta difuso, me vienen imágenes de aquella oscuridad creciente que implicaba volver a la ciudad; y, sin embargo, el alarido de las harpías del río era un recordatorio solemne de que, por más que quiera soñar, cuando despierte estaré aquí y, tarde o temprano, me matarán.