¿Acaso trato de convencerme
a mi mismo que esto no es un sueño? La irrealidad es mi sueño y a la vez lo único
real. Razón y ser, el crimen de la consciencia, volverse demasiado consciente
altera el umbral de la visión y es ahí cuando se vislumbra la Verdad, que es la
cosa más alta y noble, a la que acudimos como bestias salvajes a lamerle las
manos. Sin embargo, mi transgresión es apoteósica y al usar la razón aun no
existiendo puedo ver como todo se desenvuelve en un ciclón de colores que me
orientan a un vaivén de bucle entre el vacío y yo.