Khristos (poema)

  KHRISTOS

RICARDO MEYER


Con tu boca que al palparla me unge con la hiel de la diosa más pura,
Mi alma se humedece y me doy ahí cuenta que sigo siendo un niño,
Un niño tocado por la Verdad.

Y cuando la verdad se disipa entre el fuego y la niebla del Mongol,
Realizo que aquel niño no era más que una ilusión, una mentira,
Que no era más que un Samsara de los retardados.

Y porque Cristo vio mi alma desnuda y yo al verlo no lo reconocía,
Estaba tan obeso por la mierda y mentiras que se ha tragado tras siglos
Y aun con todo me miro y me dijo que me levantase
Al levantarme no lo vi más, lo busqué en todos lados, busqué a ese Cristo, al verdadero
Al que habló a mi corazón, con desnuda sinceridad y, cuando lo encontré
Me vi con un rifle apuntando a mi cabeza y me di cuenta que estaba loco.

Mi mente usó textos como aposentos y en ellos no encontró más que la Verdad,
Pero al esparcirla por las masas solo vieron fantasías y delirios
Y es que la Verdad para mí, no era más que un Sueño
Los sueños sueños son, decía Calderón de la Barca,
pero los míos eran el eco de una pesadilla interminable.