RÉQUIEM
RICARDO MEYER
Si la muerte, flor benedicta, que tan cerca siento,
llegase a tocar mi alma, tal cual Sueño,
a Tánatos miraré y con mi pulso impío proclamaré:
"¡No hay causa justa como tal ante la iniquidad del Kháos!"
En el Hades, antaño mi Maestro esperará con su ponzoña,
Caronte me advertirá, pues he sido un proscrito digno,
Lo que pasó en Babilonia, no me carcomerá, incluso siento,
Que hasta ver al Tártaro me brindará paz.
Junto con Nerón y Tántalo nos sumergiremos,
en el fuego del Gehena y de nuestras transgresiones,
por eones, estaremos bañados del esperma de la vida,
de Aquel que corrompió nuestro ministerio.
Y cuando llegue el momento en el que la Muerte encuentre su fin,
Impasible estaré, totalmente corrompido por el veneno de la indulgencia,
Y si por designio de las Moiras termino en otro lado,
No me arrepiento de mi blasfemia ni de ningún pecado.